El paciente empoderado toma las riendas
Internet, y sobre todo las redes sociales, han transformado al paciente pasivo, que aceptaba todo lo que le decía su médico, en el llamado paciente empoderado. Está formado e informado y quiere consultar, en cualquier momento, sus inquietudes a los profesionales de la salud que le tratan, compartir su experiencia, y participar en las decisiones que atañen a su propia salud.
Los enfermos, cada vez más, acuden al médico con mucha información sobre su enfermedad, no toda ella fiable, gracias a Doctor Google. Un estudio de IPSOS de 2013 revela que la mitad de los españoles adultos consulta en Internet síntomas, enfermedades y otros temas relacionados con la salud. En España, las mujeres realizan mucho más consultas de salud (un 58% frente al 39% de los hombres), según una encuesta de Red.es. Por edades, la franja más activa es la de 50 a 64 años. La brecha digital que separaba el acceso a las nuevas tecnologías por edades ya apenas existe.
Pero el paciente empoderado no es un mero receptor de información, sino un generador de opinión, en blogs y redes sociales. Y eso influye en las decisiones de otros pacientes. Una encuesta de PwC en 2012 reveló que el 45% de la población norteamericana aseguraba que la información encontrada a través de las redes sociales afectaba a su decisión de buscar una segunda opinión médica. Más del 40% de los encuestados reconocía que la información encontrada a través de ellas afectaba a la forma en que hicieron frente a una enfermedad crónica o de su acercamiento a la dieta y el ejercicio, e incluso su elección de un médico específico.
De hecho, una de las herramientas más poderosas que tienen los pacientes para hacerse oír son las páginas de valoración de médicos y centros sanitarios, en las que una crítica negativa puede hundir la reputación de un profesional o una clínica, sobre todo si no cuenta con una estrategia de comunicación en Internet. La influencia también puede ser en positivo, al apoyar una iniciativa legislativa o recaudar fondos, a través de páginas como change.org, que han convertido el crowdfunding en una vía de visibilidad muy potente, sobre todo en las enfermedades raras.
Como ha ocurrido en otros sectores, los pacientes ya no sólo quieren opinar sobre la asistencia que reciben sino también que se les escuche. Y por eso valoran a los profesionales sanitarios, centros y compañías que establecen vías de comunicación interactivas con ellos y atienden sus demandas. Las oportunidades surgen para aquellos que saben adaptarse al nuevo paradigma.
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