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10 August, 2015

La simulación clínica reduce los riesgos del paciente

Cada vez más facultades de Medicina, Fisioterapia y Enfermería utilizan la simulación clínica como una herramienta docente imprescindible para que el futuro profesional sanitario pueda enfrentarse a situaciones clínicas con éxito. Este tipo de formación se desarrolló en el ámbito de la salud a partir de los años 90, siguiendo la estela de resultados positivos con los simuladores de vuelo. Sin embargo, ha sido en los últimos años cuando se ha podido contar con sistemas llamados de alta fidelidad, que incluyen imágenes muy detalladas y a escala real de todos los tejidos. Según la Sociedad Española de Simulación Clínica y Seguridad del Paciente, la simulación clínica de alta fidelidad en la formación docente en Ciencias de la Salud tiene básicamente cuatro objetivos: educación, evaluación, investigación e integración del profesional en el sistema de salud preservando la seguridad del paciente.

Para Carmen Yegler, miembro de la junta directiva de esta sociedad, entre las ventajas de la simulación clínica figura que aproxima la teoría académica a la práctica clínica real, compleja y dinámica, en la que hay que tomar decisiones sin la ayuda de profesores. También reduce la ansiedad en la situación real, y permite aprender de la experiencia y repetirla. La simulación clínica no se reduce al ámbito académico, ya que cada vez es más utilizada por los profesionales sanitarios en formación continuada. En este sentido, destacan los simuladores que ayudan a realizar el checklist de una operación o que enseñan técnicas quirúrgicas nuevas.

Sus resultados en la reducción en las tasas de error, en concordancia con los objetivos de la OMS, ha fomentado el desarrollo de este tipo de formación. Algunas universidades cuentan con diversas herramientas para la simulación clínica, como mesas táctiles del tamaño de un adulto medio que no sólo facilitan lecciones de anatomía sino que presentan distintos casos clínicos que el alumno debe resolver. Otra herramienta cada vez más utilizada son las gafas de realidad virtual, que consiguen elevar el componente emocional en la formación y, por tanto, contribuyen a una mejor fijación de los conceptos. En algunos casos esta simulación incluye elementos de gamificación, como reconocimientos y competiciones, que facilitan el aprendizaje. En este sentido, la Organización Nacional de Trasplantes, en colaboración con el grupo de elearning de la Universidad Complutense, ha desarrollado un videojuego destinado a los coordinadores de trasplante que les ayuda a gestionar las donaciones.

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