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Los pacientes quieren aplicaciones para participar en su salud
Las aplicaciones de salud son la tercera categoría con más crecimiento de descargas en el mundo, detrás de los juegos y las utilidades y se espera que su presencia crezca un 23% anual en los próximos cinco años, según estimaciones realizadas por Deloitte. Son ya más de 40.000 las apps de salud y medicina que se pueden descargar desde la tienda de Apple y 97.000 sumando todas, de acuerdo con un informe del IMS Institute for Healthcare Informatics.
El 70% de las aplicaciones se dirigen al público en general, sobre todo en las áreas de bienestar y ejercicio físico. La funcionalidad más habitual es la de aportar información, seguida de proveer de instrucciones de uso y registrar o capturar datos del usuario. El empoderamiento de los pacientes, que desean tomar las riendas de su propia salud, es, junto la penetración de los smartphones, los principales factores para el desarrollo de las aplicaciones de salud, señala una investigación de la consultora Research2Guidance.
En este sentido, una encuesta europea de la consultora Bryter, en la que han participado pacientes españoles, revela que a más del 40% de la población le gustaría disponer de una aplicación de salud que le ayude a elegir su alimentación, contar las calorías, monitorizar su salud o recordar las tomas de la medicación. Las conclusiones de la investigación mostraron que el 43% de los encuestados estaban interesados en una aplicación que les dijera los ingredientes de su comida. El mismo porcentaje estaba a favor de aplicaciones para controlar el pulso y la presión arterial. La mitad de los encuestados mayores de 45 querían que les sirvieran para recibir recordatorios de medicamentos o facilitar farmacias de contacto.
Respecto al mercado de los smartphones, en España son ya la mayoría. Hemos pasado del 41% en 2011 al 84% en 2013, por encima de la media global, según el estudio ‘Somos Digitales’ realizado por Ametic y Accenture. El resultado es que la mayoría acabaremos contando con una aplicación de salud en nuestro móvil. Otra cuestión es que la utilicemos.
La mitad de las apps apenas tienen menos de 500 descargas, según el IMS, lo que atribuye a su escasa calidad, a la falta de orientación sobre la utilidad de las mismas y al bajo apoyo que reciben de los profesionales de la salud.
Por si fuera poco, la mayor parte de las aplicaciones no se corresponden con las áreas de mayor gasto sanitario, como las relacionadas con las enfermedades crónicas, algo que, para la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC), irá cambiando hasta convertirse en su principal uso. Para estos expertos, la diabetes será el área terapéutica con el mayor potencial de negocio, seguida por las enfermedades cardiovasculares.
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